Buddy Holly había rentado una pequeña avioneta luego de que el autobús en el que viajaban sufrió fallas en la calefacción ya que era un época de mucho frío. Así que los tres decidieron compartir gastos y usar la avioneta para emprender el viaje hacia Fargo, Dakota del Norte, la siguiente parada de su gira Winter Dance Party.
Buddy necesitaba mucho el dinero, tenía que juntar lo más posible pues tenía a su esposa María Elena Holly embarazada. Así que no podía darse el lujo de rechazar o cancelar ninguna oferta de trabajo. Los tres artistas ya contaban con pocos pero grandes hits como “Peggy Sue”, “Chantilly Lace”, “Donna”, “La Bamba” y “That’ll Be the Day”.
El terrible hecho ocurrió a la 1 de la mañana, envueltos en una terrible tormenta de nieve que nubló toda la visibilidad, causando que el piloto Roger Peterson se desorientara y perdiera la noción del espacio en el que volaba.
Poco después de despegar, el piloto perdió el control del avión. El aparato dio varias vueltas por el suelo proyectando a los tres jóvenes músicos fuera de él, quienes murieron instantáneamente. Los cuerpos de Buddy y Valens yacían cerca del avión, el “Big Bopper” con la fuerza del impacto atravesó la cerca de una granja y terminó dentro de un sembradío de maíz. Sólo el piloto permaneció en el interior atrapado entre los fierros retorcidos.
La esposa de Buddy, al escuchar la noticia en televisión sufrió un aborto por el estrés que le provocó y desató toda una serie homenajes a la vez que abrió las puertas para que muchos otros artistas tomaran los lugares de estos prometedores músicos.
Don McLean plasmaría lo que causó este momento crucial en la historia del Rock en la popular canción “American Pie”, y lo calificó como “El Día Que Murió la Música”.
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